Decía Chesterton, ese genio inglés:
"¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y, por lo tanto, tengo dentro de mí todos los demonios."
Y también, mucho tiempo ha, con palabras similares, el comediógrafo Tito Marcio Plauto, mostraba la inherente condición humana:
"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit." ( Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quien es el otro.)
Y, como última cita antes de empezar en materia, recordaré lo que Nietzsche dejó escrito en "Mas allá del Bien y del Mal":
"Quién con monstruos lucha cuide a su vez de convertirse en monstruo. Cuándo miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti"
Y, os preguntaréis, ¿a qué santo viene todo esto? La respuesta es sencilla. Éste es un blog que va a tratar de novela negra, cine negro y música rock. Tres campos distintos, tres artes distintas, pero todas ellas unidas por un hilo común: la esencia del ser humano. No, no se me ha ido la olla. Si seguís el blog os daréis cuenta de lo que trato de decir.
Tanto la novela negra y de misterio como el cine negro o de misterio abordan temas que van mas allá del mero enigma que resolver o del tópico juego de descubrir al asesino. Si son buenas muestras de sus respectivos géneros, mostrarán el alma de la sociedad que las vertebra. Y, por esencia, lo sórdido del ser humano, su psicología, lo que se esconde dentro del subconsciente y, también, del inconsciente colectivo. Miedos, fobias, usos sociales aberrantes y permitidos, etc. En definitiva, nos mostrará como un espejo lo que somos y lo que podemos llegar a ser, para que no olvidemos nuestra condición de humanos e imperfectos, y nos recordará que todos, absolutamente todos, llevamos el mal dentro, todos somos demonios, y todos, cada uno de nosotros, llevamos dentro nuestro propio infierno.
Y el rock, os preguntareis, ¿qué tiene que ver con esto? Bueno, no siempre, pero en ocasiones, el rock es algo mas que un mero arte trivial musical, muchas de sus letras esconden el tormento de quien las escribe. Y, lo mas importante, es que muchas de esas canciones actúan sobre la mente del que las escucha como placebo o detonante, para paliar el sufrimiento interno, para identificarnos con lo que dice, o simplemente, como mera distracción. Pero el buen rock es mucho mas que eso.
En definitiva, que escribo sobre estas cosas porque me gustan, porque en el fondo estoy un poco loco, y porque son las cosas que me permiten exorcizar mis demonios internos.
Espero que nos leamos.
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